Te veo claramenteen mi mente… Tal vez es de noche, de día, estás en el trabajo o simplemente,sientes la soledad abrumadora, aunque aparentemente estés acompañada a diario.Tal vez sea una de esas tantas noches en que empiezas a sentir calor ruborosoen toda tu cara, que baja por tu garganta sedienta y que te hace sacudir tu pequeñapijama. Ese calor intenso que sigue descendiendo por el abdomen y prende lahoguera de tu vagina chorreante, muy húmeda, frágil, que te hace cruzar yapretar la pierna. Ese deseo que cada vez es peor angustia, que recuerda cuandotenías ese destello a veces momentáneo de quien te quitaba las ganas y queahora como que no le interesa o se ha ido.

Abres la ventanabuscando apaciguar el calor. Despojas de ti cualquier vestidura, mientras posascon tu cuerpo hambriento gritando en silencio para que te posean una vez más, sinque puedas levantar de ese ingrato ni la más mínima mirada. Esta vez, un nudoen la garganta nuevamente te embarga mientras una pequeña lagrima cae sobre laalmohada, diciéndote – no es justo, no me lo merezco, necesito sentirme mujer-.Sólo queda tratar de calmarte con tus dedos sobre tu vagina para bajar lasganas de alguna manera. Al amanecer, es un día rutinario con la mismaexperiencia inagotable. ¡Qué desgracia!

Ahora creas eseamante imaginario que te hace subir el calor en la habitación. Es inevitable noobservarlo, sentirlo en la mente, en todo tu ser. Lo vez tocarse en secreto,mientras tus haces lo mismo, deseando tenerlo dentro toda la noche. Comienzas atocar tu vagina inundada por el deseo, mientras lo vez con todo su cuerpomojado escurriendo gotas que bajan desde su cabeza y ruedan por su torso posándoseen su ingle y piernas. Te sientes tan excitada y recuestas tu cabeza en la almohadamientras frotas más rápido tu vagina húmeda por encima de tu panty.

Por fin, puedes leeren sus labios como también te desea toda la noche. Escuchas sus pasos acercándosey de repente sientas esas manos se posaron sobre tus caderas. –Cuánto tiempo hacíaque desde la última vez, alguien te tomara de esa forma tan deseosa y, cuántotiempo hace que alguien no toma tu cuerpo de esa manera para penetrarte-.Sientes su aire caliente de los suspiros de deseos por ti, su boca te besainfinitamente tan suave y despacio que sientes tu cuerpo arder en llamas mientrascontinúa bajando por tu piel, mientras sus manos abandonan tu cadera y tuspiernas frágiles no tienen otro remedio que abrirse. Un dedo o dos cruzaron portu vagina mojada de esos jugos pasionales que hacia tiempo no sentías, elclítoris siente braza ardiente y con el ojo en blanco ya a punto de un orgasmo conese roce majestuoso.

Te vienes a gritospidiendo con más fuerza y cayendo sobre la cama mientras suspiras pidiendo serpenetrara. Su verga empezó poco a poco a entrar en tu vagina. Lo deseas tanto. Suverga te penetra y disfrutas como loca. Te toma también por la espalda. Tepenetra y te lleva a las estrellas… te coje duro, te coje despacio, te cojelento y rápido, a lo bestia, muy suave, azota tu cola, con una mano te tienepor la cadera y con la otra te tiene atrapada en la vagina y con su verga. Estásinmóvil. Te mueves de placer, gritas de gusto con gran placer, sonriendo por elmanjar que te llena. Todos esos cambios de ritmo te están enloqueciendo, placerque no sentías desde mucho tiempo. Y todo su cuerpo delicioso sobre ti, a un lado,tocándote, acariciándote toda y disfrutas de que esté dentro de ti en todas lasformas posibles.

Sólo piensas en elplacer que estás recibiendo y con esa verga tan rica que te está rompiendo unay otra vez con su vergota dándote hasta los huevos, hasta que no queda más quedos cuerpos extasiados, sudorosos, sedientos y calientes.

Te penetro tan rico que fue suficiente para mojar todas las sábanas. Luego, tebesó apasionadamente y te acarició una vez más, mientras con sus manos toma tucara y te mira fijamente hasta el infinito de tus ojos, esperando tal vez, unavez más, que todo inicie.

…Así que, no lo imagines más. Sólo escríbeme y vívelo conmigo.

Hombre versátil, varonil, 100% heterosexual, maduro,confiable y muy discreto